jueves, 12 de febrero de 2015

La música empieza donde se acaba el lenguaje.



















La música es sinónimo de libertad, de tocar lo que quieras y como quieras, siempre que sea bueno y tenga pasión, que la música sea el alimento del amor.

 

La música compone los ánimos descompuestos y alivia los trabajos que nacen del espíritu. 


 


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